En la fábrica de Katty Fashion, ubicada en Iași, Rumania, los diseñadores de moda que realizan pedidos esperan un servicio personalizado. La planta está dispuesta a ajustar sus líneas de producción para fabricar cualquier prenda que un diseñador solicite. «De un pedido a otro, es posible que tengamos que adaptarnos», comenta Eduard Modreanu, líder técnico de la compañía. «No podemos crear una línea de producción única que se adapte a todos.»

Esta capacidad de adaptación es especialmente valiosa considerando la diversidad de clientes y pedidos que maneja Katty Fashion. Además, podría ser clave para proteger a la empresa de los impactos climáticos futuros. Katty Fashion forma parte de un proyecto financiado por la Unión Europea llamado R3GROUP, cuyo objetivo es ayudar a las empresas a fortalecer la resiliencia de sus cadenas de suministro frente a las interrupciones provocadas por el cambio climático y otros factores.

«Imaginemos que hay inundaciones en Alemania y obtenemos nuestros materiales de España», explica Modreanu. «Ya no pueden llegar aquí.»

Como parte del proyecto R3GROUP, Katty Fashion ha colaborado con investigadores para desarrollar un conocimiento detallado del origen de sus textiles y accesorios, como botones y cremalleras. Esto ha revelado ciertos puntos débiles potenciales, como España y Portugal, países que podrían ser cada vez más propensos a olas de calor o sequías en los próximos años.

Utilizando estos datos, junto con información de noticias y reportes meteorológicos, la empresa está desarrollando un gemelo digital de su cadena de suministro y procesos de fabricación que analizará en tiempo real la vulnerabilidad de su red de proveedores. Si los problemas de suministro significan que una prenda debe fabricarse de manera ligeramente diferente, un modelo complementario también sugerirá cómo reconfigurar las líneas de producción y los turnos de los trabajadores en consecuencia.

La pandemia de Covid-19 puso de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales. Las empresas fueron tan afectadas por problemas logísticos entre 2020 y 2022 que muchas adoptaron una estrategia de «relocalización», optando por proveedores más cercanos para reducir los retrasos. Algunas firmas incluso decidieron fabricar productos completamente diferentes, como las destilerías de ginebra y whisky que comenzaron a producir desinfectante de manos.

Los aranceles impuestos recientemente por el expresidente de EE.UU., Donald Trump, proporcionaron otro golpe al sistema de cadenas de suministro. A medida que los fabricantes sopesaban las posibilidades de relocalizar empleos en EE.UU., muchos descubrieron que traer las cadenas de suministro de vuelta a América no sería rentable, y en su lugar contemplaron trasladar fábricas a territorios menos afectados por los aranceles.

Sin embargo, mientras que la crisis pandémica se resolvió relativamente rápido y los aranceles de Trump siguen siendo impredecibles, el próximo gran impacto probablemente durará más. El cambio climático ya está alterando las cadenas de suministro globales, por ejemplo, al agravar las sequías en Taiwán, donde el suministro de agua es crucial para la fabricación de semiconductores. Los gemelos digitales, modelos virtuales de sistemas físicos, son una forma de prepararse.

R3GROUP también está colaborando con empresas en las industrias de metales y plásticos, según Tjerk Timan, coordinador del proyecto y gerente de proyectos de la UE en el Centro Técnico Industrial de Plásticos y Composites de Francia. Sin embargo, mientras algunas empresas están pensando activamente en cómo pueden adaptarse a las amenazas relacionadas con el cambio climático, otras están más enfocadas en la competencia actual. «Vemos un poco más de una estrategia de ‘cabeza en la arena’ en este momento», señala.